Soy de Huelago amigos
eso no se puede olvidar
de ahí son mis raices
de eso orgullosa he de estar.
San Juan es nuestro patrón
le tenemos mucha devoción
tiene una talla preciosa
es digno de admiración.
Todos los que se fueron lejos
vuelven el día de su patrón
San Juan da a los Huelagueños
mucha fuerza interior.
San Juan nos bendecía
al regalarnos tanta agua
teníamos cuatro fuentes,
algunas aun continuan
con cuatro caños de agua.
Mi pueblo tenía mucha vida
con su vega nada más
eran unas tierras buenas
pues las tenían que regar.
Como digo teníamos mucha agua,
que venía de un manantial
que se llama Fuente alta
y un día dejo de brotar.
En la vega se criaban
toda clase de hortalizas
también maises y remolachas
y toda clase de frutales.
De todo eso se disfrutaba,
al que no tenía se le regalaba,
en ella trabajabamos
casi toda la familia,
cortábamos maises,
escamochabamos remolachas
y a todo eso estábamos bien enseñadas.
Un día se secó Fuente alta
la vega quedo abandonada.
Al cabo de mucho tiempo
Fuente alta ha brotado
pero ahora todo es diferente,
todos los que trabajaron la vega
ya se fueron para siempre.
Ahora las cequias están rotas
nadie las quiere arreglar
el agua se está perdiendo
y nadie quiere saber na.
Que lástima de la vega
pues muchas generaciones
estubieron comiendo de ella,
todo era muy laborioso
pero valía la pena.
Este verso lo escribo con mucha añoranza
de aquellos tiempos.
Paquita Pardo
eso no se puede olvidar
de ahí son mis raices
de eso orgullosa he de estar.
San Juan es nuestro patrón
le tenemos mucha devoción
tiene una talla preciosa
es digno de admiración.
Todos los que se fueron lejos
vuelven el día de su patrón
San Juan da a los Huelagueños
mucha fuerza interior.
San Juan nos bendecía
al regalarnos tanta agua
teníamos cuatro fuentes,
algunas aun continuan
con cuatro caños de agua.
Mi pueblo tenía mucha vida
con su vega nada más
eran unas tierras buenas
pues las tenían que regar.
Como digo teníamos mucha agua,
que venía de un manantial
que se llama Fuente alta
y un día dejo de brotar.
En la vega se criaban
toda clase de hortalizas
también maises y remolachas
y toda clase de frutales.
De todo eso se disfrutaba,
al que no tenía se le regalaba,
en ella trabajabamos
casi toda la familia,
cortábamos maises,
escamochabamos remolachas
y a todo eso estábamos bien enseñadas.
Un día se secó Fuente alta
la vega quedo abandonada.
Al cabo de mucho tiempo
Fuente alta ha brotado
pero ahora todo es diferente,
todos los que trabajaron la vega
ya se fueron para siempre.
Ahora las cequias están rotas
nadie las quiere arreglar
el agua se está perdiendo
y nadie quiere saber na.
Que lástima de la vega
pues muchas generaciones
estubieron comiendo de ella,
todo era muy laborioso
pero valía la pena.
Este verso lo escribo con mucha añoranza
de aquellos tiempos.
Paquita Pardo
Hola vecina, que bonito todo lo escrito y que verdad, como se echa de menos aquel tiempo. Un besazo. Luz