El otro día a mi escuela fui a visitar,
Hace más de 50 años que salí de aquel lugar,
Al verla de emoción me he puesto a suspirar,
En todos los alrededores no había otra escuela igual.
La escuela fue fundada allá en los años 30,
Por el alcalde de ese momento, el Sr. Rubejo,
La hizo con mucho esmero y capricho,
Con su saber consiguió una escuela espectacular.
Estaba bien diseñada, con el paso del tiempo,
Su fachada sigue igual, con un porte señorial,
Con sus ventanas de arcos, un aire a la Alhambra le da,
Tiene un suelo de madera para frío no pasar.
El patio con una cancela que de lado a lado da,
Con un jardín digno de admirar, lleno de lirios y un rosal,
Cuando alegres salíamos a jugar,
Todos los niños nos venían a contemplar.
Volver a mi niñez yo quisiera,
Y con mis compañeras poder jugar,
Aunque muchos no lo entiendan,
Yo sueño que estoy allí,
pisando los charcos helados,
Del añorado patio de mi escuela.
Paquita Pardo
Hace más de 50 años que salí de aquel lugar,
Al verla de emoción me he puesto a suspirar,
En todos los alrededores no había otra escuela igual.
La escuela fue fundada allá en los años 30,
Por el alcalde de ese momento, el Sr. Rubejo,
La hizo con mucho esmero y capricho,
Con su saber consiguió una escuela espectacular.
Estaba bien diseñada, con el paso del tiempo,
Su fachada sigue igual, con un porte señorial,
Con sus ventanas de arcos, un aire a la Alhambra le da,
Tiene un suelo de madera para frío no pasar.
El patio con una cancela que de lado a lado da,
Con un jardín digno de admirar, lleno de lirios y un rosal,
Cuando alegres salíamos a jugar,
Todos los niños nos venían a contemplar.
Volver a mi niñez yo quisiera,
Y con mis compañeras poder jugar,
Aunque muchos no lo entiendan,
Yo sueño que estoy allí,
pisando los charcos helados,
Del añorado patio de mi escuela.
Paquita Pardo