CARTA AL QUE HA ESCRITO QUE íTRABO ESTá PERDIENDO SU ENCANTO, POR LAS URBANIZACIONES QUE SE ESTáN CONSTRUYENDO A LA ENTRADA DEL PUEBLO.
Es verdad, que los pequeños pueblos como ítrabo de apenas mil y picos habitantes, suelen tener un encanto especial, que dificilmente se podrá encontrar en los pueblos grandes. Encanto, paz, tranquilidad y una forma de vivir sosegada y tranquila.
Ítrabo, sigue teniendo una arquitectura medieval, de calles estrechas, de rincones sorprendentes y llenos de sorpresas, acto para poetas y pintores y, para toda aquellas personas que quieran ver su misterio y magia y, puedan ir descubriendo algo que no a descubierto antes nadie, el duende. Sigue conservando aquellos rincones, callejas y placitas a veces llenos de macetas y ventanas cuajadas de flores, cultivadas por las sensibles de sus mujeres. Ítrabo tiene un paisaje maravilloso, en dónde habita eternamente la primavera, con barrancos llenos de flora, alguna endémica por donde buena parte del año corre el agua. Sus campos producen frutos tropicales de sabor exquisito, como por ejemplo: chirimoyas, aguacates, nísperos, guayabas y, sus viñas producen vino de primera calidad etc. Tiene pistas de senderismo por donde se podrá disfrutar de un paisaje impresionante, contemplando al mismo tiempo el mar y la nieve de Sierra Nevada, podrá ver algunos animales salvajes, como: la cabra montés, zorros, gatos garduchos y algun tipo de águila. Podrá descansar en la aérea de recreo del Nacimiento, en dónde podrá beber un agua de alta calidad que viene de las profundidades de la sierra del Chaparral, mientras descans a la sombra aromática de los eucaliptos.
Es verdad, que las construcciiones a la entrada del pueblo, rompe la imagen que guardamos de hace unas décadas, pero hay que avanzar aunque nos duela. Los pueblos, no pueden quedarse anclado en el pasado, sino que por el contrario, hay que ir avanzando, las construcciones nuevas harán que haya más gente que vivirán en el pueblo, los colegios tendrán más niños, habrá más comercios y en fin, habrá más crecimiento económico.
Algo se pierde, parte de un paisaje, un recuerdo. Tampoco nos gusta los invernaderos que ha cambiado ese paisaje de mi juventud, para su instalación, se han arrancado almendrod, olivos, viñas y otros árboles frutales, se ha allanado terrenos, no me gusta ese paisaje de plástico, pero esos invernaderos, han dado trabajo a muchas gentes, dan prosperidad y, lo que es más importante, ha impedido que los jóvenes tengan que emigrar a otros pueblos y ciudades.
Cada vez que voy a ítrabo, voy viendo su cambio, siempre para mejor, aunque a veces no me guste. El pueblo ha cambiado mucho, el que así no lo vea es, que no quiere verlo. Pero al recorrer sus calles lo hago desde el recuerdo más noble y sincero, y aunque fui feliz en mi juventud, debo deciros, que prefiero el ítrabo de ahora. Verdad es, que no todo es perfecto, nunca lo ha sido, pero tengo la certeza, que con la ayuda de todos y no de unos pocos, ítrabo será, lo que siempre ha sido ¡UN PARAISO!
Saludos para todos los itrabeños, incluso, para aquellos que hablan mal de él y que cuando visitan el pueblo, van con los ojos cerrados.
Es verdad, que los pequeños pueblos como ítrabo de apenas mil y picos habitantes, suelen tener un encanto especial, que dificilmente se podrá encontrar en los pueblos grandes. Encanto, paz, tranquilidad y una forma de vivir sosegada y tranquila.
Ítrabo, sigue teniendo una arquitectura medieval, de calles estrechas, de rincones sorprendentes y llenos de sorpresas, acto para poetas y pintores y, para toda aquellas personas que quieran ver su misterio y magia y, puedan ir descubriendo algo que no a descubierto antes nadie, el duende. Sigue conservando aquellos rincones, callejas y placitas a veces llenos de macetas y ventanas cuajadas de flores, cultivadas por las sensibles de sus mujeres. Ítrabo tiene un paisaje maravilloso, en dónde habita eternamente la primavera, con barrancos llenos de flora, alguna endémica por donde buena parte del año corre el agua. Sus campos producen frutos tropicales de sabor exquisito, como por ejemplo: chirimoyas, aguacates, nísperos, guayabas y, sus viñas producen vino de primera calidad etc. Tiene pistas de senderismo por donde se podrá disfrutar de un paisaje impresionante, contemplando al mismo tiempo el mar y la nieve de Sierra Nevada, podrá ver algunos animales salvajes, como: la cabra montés, zorros, gatos garduchos y algun tipo de águila. Podrá descansar en la aérea de recreo del Nacimiento, en dónde podrá beber un agua de alta calidad que viene de las profundidades de la sierra del Chaparral, mientras descans a la sombra aromática de los eucaliptos.
Es verdad, que las construcciiones a la entrada del pueblo, rompe la imagen que guardamos de hace unas décadas, pero hay que avanzar aunque nos duela. Los pueblos, no pueden quedarse anclado en el pasado, sino que por el contrario, hay que ir avanzando, las construcciones nuevas harán que haya más gente que vivirán en el pueblo, los colegios tendrán más niños, habrá más comercios y en fin, habrá más crecimiento económico.
Algo se pierde, parte de un paisaje, un recuerdo. Tampoco nos gusta los invernaderos que ha cambiado ese paisaje de mi juventud, para su instalación, se han arrancado almendrod, olivos, viñas y otros árboles frutales, se ha allanado terrenos, no me gusta ese paisaje de plástico, pero esos invernaderos, han dado trabajo a muchas gentes, dan prosperidad y, lo que es más importante, ha impedido que los jóvenes tengan que emigrar a otros pueblos y ciudades.
Cada vez que voy a ítrabo, voy viendo su cambio, siempre para mejor, aunque a veces no me guste. El pueblo ha cambiado mucho, el que así no lo vea es, que no quiere verlo. Pero al recorrer sus calles lo hago desde el recuerdo más noble y sincero, y aunque fui feliz en mi juventud, debo deciros, que prefiero el ítrabo de ahora. Verdad es, que no todo es perfecto, nunca lo ha sido, pero tengo la certeza, que con la ayuda de todos y no de unos pocos, ítrabo será, lo que siempre ha sido ¡UN PARAISO!
Saludos para todos los itrabeños, incluso, para aquellos que hablan mal de él y que cuando visitan el pueblo, van con los ojos cerrados.