Los orígenes de este municipio se remontan a la prehistoria, como atestiguan los restos arqueológicos hallados en la zona. Fue ocupado por los fenicios y quedó englobado en la antigua provincia Bastetana, siendo una de sus poblaciones la llamada Arcilacis, que posteriormente derivó en Alcala Horra o
Castillo de las Peñas. También los visigodos ocuparon estas tierras y más tarde los musulmanes. En 1489 fue entregada a los Reyes Católicos, aunque posteriormente, en 1568, apoyó la insurrección de los moriscos contra la Corona. La sublevación fue brutalmente reprimida y tras ser sofocada fueron expulsados del municipio. Posteriormente fue repoblada por colonos de otras regiones.
Tras la reconquista, las tierras fueron concedidas al marqués del Zenete, Rodrígo Díaz de Vivar y Mendoza, quien fue el primogénito del Gran Cardenal Mendoza. Curiosamente, la Reina Isabel, tan estricta en cuestiones de moral, consintió los deslices del cardenal. El nombre de Rodrigo obedece al empeño de su padre por emparentarse con El Cid. De hecho heredó el Condado del Cid en Jadraque (
Guadalajara). El primer marqués de Zenete tenía fama de casquivano y violento. Se casó una vez y enviudó, enamorándose perdidamente de una muchacha de quince años que raptó de un
convento y con la que se casó. A pesar de los impedimentos, Rodrigo hizo construir para su amada el castillo-
palacio de
La Calahorra
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fuente: http://www. andaluciarustica. com/la_calahorra. htm)