El año pasado estuve de vacaciones en La Herradura y de verdad me encantó, es un lugar tranquilo, cerca, pero al mismo tiempo lejos de la agobiante masificación de lugares como Almuñecar. Merece la pena, porque es de los pocos lugares que aun conserva cierto encanto dentro de ese despropósito antiecológico y corrupto en que se ha convertido la costa andaluza. Podría hablar largo y tendido de sus maravillas, que son muchas, y quizá sólo pondría una pega: los precios de los alquileres se han disparado abusivamente.
Gracias.
Gracias.