Recuerdo cuando era niño. Leía los nombres de los caidos escritos en la peana de aquella cruz situada en el extremo opuesto de la plaza, cerca del palacio de Abrantes. Durante muchos años recordé esos nombres de memoria, ahora, solo unos apellidos; Duran Linares. Sobre el muro, el edificio de Telefónica, y enfrente en la calle Real, Armando, Sastre, la mercería de " la covica", el quiosco de periódicos, la heladería de los Valencianos, en verano, y gente paseando por la noche para aliviarse del calor ... (ver texto completo)