Desde hace un par de décadas, o poco más, todos los años por estas fechas se engalanan los
cementerios y a veces de una namera fuera de lo normal gastandonos un dinero que necesitamos para otros menesteres; hay empresas que por estas fechas se ponen las botas.
La primera persona que montó una empresa funeraria fue el inglés William Ruseel. Se tiene constancia de que, en 1688, este fabricante de ataúdes decidió ampliar su negocio para encargarse también de dar sepultura, actividad que, hasta el momento,
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