No tendría más de ocho años, cuando mi padre me compro la primera cabra, fue mi primer juguete y pasaba horas con ella, nos hicimos amigos y venia conmigo como un perro, mi madre la soltaba, y venia a esperarme a la puerta de la escuela, hasta que salía, después compramos más y asi me hice, con media piara, mi vida se reducía a la escuela y a las cabras, mis amigos los pastores y mi enemigo, la falta de tiempo, para jugar como los demás niños, lo bueno de esa experiencia, las amistades que han perdurado, ... (ver texto completo)
Es un placer leer tus comentarios y vivencias, ¡pero que bien lo haces carajo! cosa que yo por lo menos te agradezco, recibe un afectuso saludo amigo.