Tanto el melón como la
sandia, formaban parte de la economía de una
casa de labriegos, al mismo tiempo que les ayudaba a soportar las duras calores del
verano. Si la raja de melón es média Luna arábica, la de la sandia casi es luna llena, y partida de esta suerte se vendia por las
calles de Graná en el siglo pasado "a un cuarto la raja" y con este pregón, que no quiero que se pierda y que lo sepa la gente, ¿Quién por un cuarto no come, no bebe y se laba la cara?.