La frase "quien fue a Sevilla perdió su silla" debería comenzar "Quién se fue de Sevilla" En el Siglo XV, el prelado de Sevilla, Alfonso fonseca, se enteró de que un sobrino suyo había sido nombrado arzobispo de Santiago de compostela. Como sabía que en Galicia había frecuentes disturbios, Alfonso decidió viajar hasta allí para allanar el camino. Una vez cumplida la misión, regresó a Sevilla y se encontró con la sorpresa de que su sobrino le había usurpado el puesto.