El término "bota" proviene del francés "botte" y este, del gótico "bauths", que significa romo o rudo, lo que nos remite a un término que, inicialmente, designaba a un calzado basto, forrado de pieles para proteger los pies del frio. Quienes utilizaban mejor calzado y de más abrigo dejaban clara su posición social, de ahí frases como "ponerse las botas".