En una excavación de la antigua ciudad egipcia de Aklhetatón, se encontró un cuenco con agujeros por el que se cree que los sirvientes vaciaban
agua sobre la cabeza de su señor. Es la ducha más rudimentaria que se conoce, y data del 1350 A. C.
Ya en la Edad Media, Occidente perdió la fe en el aseo personal (la reina Isabel de Castilla se vanagloriaba de haberse bañado sólo dos veces en su vida); algo que, afortunadamente, cambió a primeros del Siglo XVI. Las primeras duchas de bombeo manual, datan,
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