A mí no me gustan los cementerios, aunque muy precisos son prueba de ello es que forman parte de una cultura antiquisima, los enterramientos. Al que sí le gustaban era a José de Espronceda cuando decia:
Me gusta un cementerio
de muertos bién relleno
manando sangre y cieno,
que impida el respirar
y allá, un sepulturero,
de tétrica mirada
con mano despiadada
los cráneos machacar....