Al andaluz, dijo alguién, que no nos gustaba trabajar, pero veamos las circunstancias, por los años 50 y hasta pasados los 60 y antes peor, soliamos levantarnos antes que el sol, al despuntar el alba, ya estabamos trabajando a eso de las 12,30 cuando el sol empezaba a apretar, estabamos con casi 7 horas a las espaldas y doblados como las navajas, a esa hora apetecía comerse un gazpacho fresquito, rico gazpacho, que si fuera canción sería un himno, con su tomate, pepino, pimiento, vinagre, sal, abundante...