Cuando un Bebé humano ríe, los adultos le secundamos, lo que estimula aún más tanto su risa como la nuestra. Este tipo de comportamiento contagioso, desencadenado por la empatía, también ha sido documentado en Orangutanes, ejemplares de entre 2 y 12 años manifiestan una rápida acción facial imitadora, rápida e involuntaría ante determinados gestos de otros miembros de su especie. Su intensidad depende del grado de parentesco o amistad entre los Simios.