A alguien se le ocurrió la idea de que, puesto que las damas nobles habían de ser vestidas por sus criadas, sería mucho más fácil para ellas que las prendas se abrocharan de izquierda a derecha en lugar de derecha a izquierda como venía siendo habitual y mucho más lógico, (salvo para zurdos).
Y así se extendió esta costumbre que ha afectado a la ropa femenina hasta hoy.
Refranillo: Veinte con sesenta, o sepultura o cornamenta.