Como está la vida tan mala, el trabajo tan escaso y el hambre agudiza tanto el ingénio, he decidido apuntarme a la Escuela del Mago Juan Tamariz, soy un alumno aventajado y en muy pocos días ya he aprendido a decir: Tatatachan, Tatatachaaaa.
Refranillo: A primeros de Noviembre tu fuego enciendes.