En Verano os contaré una de aquellas historietas o cuentos que nos contaba la abuela en las noches de invierno, algunos como el siguiente hasta nos quitaban el sueño.
Contaba que un joven de un pueblo vecino fué hasta otro pueblo cercano más grande que eran las fiestas y lo normal de los jovenes, se fué al baile, allí conoció a una linda muchacha, se acercó hacia ella y la invitó a bailar, ella aceptó y charlaron y bailaron toda la noche; una ves que la cogió de la mano para que se sentara, fué cuando se dió cuenta de que tenia la mano muy fria y le dijo ¡Oye! tienes la mano muy fria te prestaré mi chaqueta y se la dió, el joven se quedó impresionado por la belleza de aquella muchacha y al terminar el baile la acompañó hasta su casa, la dejó en su puerta pero olvidó pedirle la chaqueta.
Al dia siguiente fué a buscarla con el pretexto de pedirle la chaqueta y fué atendido por un Señor que le preguntó: ¿como es la muchacha que bailó con Vd.? al escuchar la descripción de la muchacha el señor le contestó: ¡No puede ser joven! 'mi hija hace un año que murió! puedo probarlo, si Vd. quiere vamos al panteón a comprobarlo y hasta allí que fueron, su mayor sorpresa fué, que al llegar allí en una cruz que habia estaba colgada su chaqueta.
Cuentos como este nos daban miedo y luego cuando nos ibamos a la cama, no podiamos conciliar el sueño, pero a pesar-de eso, cada noche queriamos que nos contaran uno.
Contaba que un joven de un pueblo vecino fué hasta otro pueblo cercano más grande que eran las fiestas y lo normal de los jovenes, se fué al baile, allí conoció a una linda muchacha, se acercó hacia ella y la invitó a bailar, ella aceptó y charlaron y bailaron toda la noche; una ves que la cogió de la mano para que se sentara, fué cuando se dió cuenta de que tenia la mano muy fria y le dijo ¡Oye! tienes la mano muy fria te prestaré mi chaqueta y se la dió, el joven se quedó impresionado por la belleza de aquella muchacha y al terminar el baile la acompañó hasta su casa, la dejó en su puerta pero olvidó pedirle la chaqueta.
Al dia siguiente fué a buscarla con el pretexto de pedirle la chaqueta y fué atendido por un Señor que le preguntó: ¿como es la muchacha que bailó con Vd.? al escuchar la descripción de la muchacha el señor le contestó: ¡No puede ser joven! 'mi hija hace un año que murió! puedo probarlo, si Vd. quiere vamos al panteón a comprobarlo y hasta allí que fueron, su mayor sorpresa fué, que al llegar allí en una cruz que habia estaba colgada su chaqueta.
Cuentos como este nos daban miedo y luego cuando nos ibamos a la cama, no podiamos conciliar el sueño, pero a pesar-de eso, cada noche queriamos que nos contaran uno.