Te voy a contar Santiago, una que le paso a un amigo de mi padre, que fue un día a nuestro pueblo, y se volvió a Madrid, con un burrito (buche les llaman allí), en el maletero del coche.
Llegó a Madrid y le subió a su casa, un ático en el barrio de Argüelles, barrio residencial y señorial, (sobre todo por aquel entonces), le subió en ascensor, y le acomodó en su amplia terraza.... (te lo juro por mi madre que es cierto)
En fin, el animalito se comió todos los geranios y plantas que tenía el buen Lauriano (el amigo de mi padre), y despertó al vecindario con ilustres rebuznos...., todos miraban para arriba búscando al chalao que imitaba tan bien el sonido del burro....
A si que Lauriano, esperó a que se hiciera de madrugada, y le cerró la boca atándole una corbata, pero el animalito necesitaba respirar, y echaba aires, ya sabes por donde, por la zona de la matrícula, (por la O de Oviedo... lo cual era mucho peor).
Bueno..., al fin llegó la noche bajó el borriquin en ascensor otra vez a la calle, y usando la corbata de ramal, se lo llevó a una bodega que tenía él próxima a su casa.
Al día siguiente, ahí estaba el burrín en la acera de la calle Marqués de Urquijo, esquina a Princesa (más o menos), para algarabía de transeuntes, y sobre todo de niños, que no habrían visto uno así tan de cerca.... Fue lo más fotografiado de la jornada, le hubiera hecho sombra a la Belen Esteban, ¡fijo...!.
Pasó unos dias luego cerca de la ciudad Universitaria, y finalmente se le llevó a su pueblo de Asturias, donde le utilizaban para llevar las cántaras de la leche, en unas aguaderas o alforjas, de un caserío a no se donde.
Y me cuentan, que era un burro algo indómito, que mordía a cualquiera, y sobre todo a las mujeres, era un burro misógino.
Fortunato parece más dócil que ese de Lauriano.
Saludos Santiago
"El alma al aire"
Llegó a Madrid y le subió a su casa, un ático en el barrio de Argüelles, barrio residencial y señorial, (sobre todo por aquel entonces), le subió en ascensor, y le acomodó en su amplia terraza.... (te lo juro por mi madre que es cierto)
En fin, el animalito se comió todos los geranios y plantas que tenía el buen Lauriano (el amigo de mi padre), y despertó al vecindario con ilustres rebuznos...., todos miraban para arriba búscando al chalao que imitaba tan bien el sonido del burro....
A si que Lauriano, esperó a que se hiciera de madrugada, y le cerró la boca atándole una corbata, pero el animalito necesitaba respirar, y echaba aires, ya sabes por donde, por la zona de la matrícula, (por la O de Oviedo... lo cual era mucho peor).
Bueno..., al fin llegó la noche bajó el borriquin en ascensor otra vez a la calle, y usando la corbata de ramal, se lo llevó a una bodega que tenía él próxima a su casa.
Al día siguiente, ahí estaba el burrín en la acera de la calle Marqués de Urquijo, esquina a Princesa (más o menos), para algarabía de transeuntes, y sobre todo de niños, que no habrían visto uno así tan de cerca.... Fue lo más fotografiado de la jornada, le hubiera hecho sombra a la Belen Esteban, ¡fijo...!.
Pasó unos dias luego cerca de la ciudad Universitaria, y finalmente se le llevó a su pueblo de Asturias, donde le utilizaban para llevar las cántaras de la leche, en unas aguaderas o alforjas, de un caserío a no se donde.
Y me cuentan, que era un burro algo indómito, que mordía a cualquiera, y sobre todo a las mujeres, era un burro misógino.
Fortunato parece más dócil que ese de Lauriano.
Saludos Santiago
"El alma al aire"