La costumbre de avisar de una boda mediante las "Amonestaciones", se inició en tiempos de Carlomagno.
Por aquel entonces los nobles y ricos tenían con frecuencia aventuras extramatrimoniales, especialmente con señoritas a punto de casarse, y que ellos consideraban como un "Trofeo".
Alarmado por estas costumbres Carlomagno, publicó un edicto que obligaba a hacer público cualquier matrimónio siete dias antes de la celebración.
Por aquel entonces los nobles y ricos tenían con frecuencia aventuras extramatrimoniales, especialmente con señoritas a punto de casarse, y que ellos consideraban como un "Trofeo".
Alarmado por estas costumbres Carlomagno, publicó un edicto que obligaba a hacer público cualquier matrimónio siete dias antes de la celebración.