La expresión Santa Rita, Rita, ¡Lo que se da ya no se quita! tiene su origen en una doncella poco agraciada que invocó a Santa Rita de Cassia, abogada de los imposibles, para pedirle que le encontrara un novio.
Cuenta la leyenda que la Santa le concedió la gracia, sin embargo, el muchacho rompió el compromiso, por lo que ella, muy enfadada reclamaba a voces cada vez que pasaba por delante de la imagen, Santa Rita, Rita, ¡Lo que se da ya no se quita!
Cuenta la leyenda que la Santa le concedió la gracia, sin embargo, el muchacho rompió el compromiso, por lo que ella, muy enfadada reclamaba a voces cada vez que pasaba por delante de la imagen, Santa Rita, Rita, ¡Lo que se da ya no se quita!