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Como en otros muchos Pueblos de Granada el día 2 se celebra la Candelaria, o día de los manchos como decimos por aquí, una fiesta de origen pagano, que ya se celebraba en el Neolítico; las hogueras de la Candelaria, era un rito agrário, propio de las culturas matriarcales, y coincide con la aparición en los cielos, de las estrellas que servían a los pueblos agricultores para contar los ciclos estacionales, hasta que en el Siglo V la iglésia se hizo de ella, como dee tantas otras.
De niños disfrutabamos mucho de esta Fiesta, unas semanas antes ya empezabasmos a juntar leña, cada calle o barrio hacía la suya, procurando que fuera la más grande, se hacían 6 lumbres, una en la carretera, otra en el Barranquillo, otra en el Mediocortijo, otra en la Fuente, otra en la esquina del conde y otra en las casas nuevas.
Con los manchos pasaba igual todos queríamos tener mucho y que fueran los más grandes, los candiles se sacaban a las puertas de las casas, los Bares dos que había estaban abiertos hasta la madrugada y las mozuelas hacían garillón alrededor de las lumbres, algunos jóvens tambien nos incorporabamos al corro con tal de poder tocar una mano femenína, cosa que nos estaba prohibida, se cantaban las canciones que ellas habían preparado para el carnaval que ya estaba cerca.
Un año le pedimos la Burra a un vecino, un primo y yo para ir a buscar la azucema con merienda y todo, fuimos a la cañá del centeno y menudo día que pasamos con la burra, nos tiró dos veces en la ida, pero no pasó nada, todo el día buscando azucema y arrancando esparto para hacer las jaretas para los manchos y al atardecer y con una buena carga a casa más contentos que, un perro con dos colas, y es que como he dicho en otras ocasiones, con muy poco eramos muy felices.
De niños disfrutabamos mucho de esta Fiesta, unas semanas antes ya empezabasmos a juntar leña, cada calle o barrio hacía la suya, procurando que fuera la más grande, se hacían 6 lumbres, una en la carretera, otra en el Barranquillo, otra en el Mediocortijo, otra en la Fuente, otra en la esquina del conde y otra en las casas nuevas.
Con los manchos pasaba igual todos queríamos tener mucho y que fueran los más grandes, los candiles se sacaban a las puertas de las casas, los Bares dos que había estaban abiertos hasta la madrugada y las mozuelas hacían garillón alrededor de las lumbres, algunos jóvens tambien nos incorporabamos al corro con tal de poder tocar una mano femenína, cosa que nos estaba prohibida, se cantaban las canciones que ellas habían preparado para el carnaval que ya estaba cerca.
Un año le pedimos la Burra a un vecino, un primo y yo para ir a buscar la azucema con merienda y todo, fuimos a la cañá del centeno y menudo día que pasamos con la burra, nos tiró dos veces en la ida, pero no pasó nada, todo el día buscando azucema y arrancando esparto para hacer las jaretas para los manchos y al atardecer y con una buena carga a casa más contentos que, un perro con dos colas, y es que como he dicho en otras ocasiones, con muy poco eramos muy felices.