LIMONES: Amigo Rafa, como bien dices para arrancar los Garbanzos...

¡Con lo buenos que están en el Puchero! y lo malos que están de arrancar a mano, afortunadamente este trabajo desde hace unos 20 años lo hacen las máquinas cosechadoras, antes lo hacían los hombres, pero era una tarea más propia de las mujeres, en nuestro pueblo Limones, las mujeres sólo salian al campo en dos temporadas, la recogida de la aceituna cuando se hacía a mano y de rodillas en la tierra y en el verano a arrancar los garbanzos, o los grabieles como tambien les llamamos por aquí, no como en otros pueblos cercanos que salian durante todo el año y hacían todos los trabajos agrícolas.

Me ha hecho ilusión, volver a ver un campo de garbanzos, hace cuarenta años que no lo veia, Santiago, me he comido muchos cuando estaban verdes y tambien los he arrancado, cuando estaban secos partian bien, pero si estaban un poco verdes, se escurrian y te hacian unas llagas en las manos que te dejaban jodido, las mujeres se ponian calcetines de lana para protejerse las manos, un trabajo duro y mal pagado, despues ibamos a los rastrojos a la rebusca, para tener en la casa para el puchero y algunos para cambiar, con la recordada Adela por tostaillos, entonces teniamos todos los dientes y habia que hacerles el rodage. Gracias por la foto, me ha hecho recordar, que yo lo he vivido, SALUDOS CATALÁN.

Amigo Rafa, como bien dices para arrancar los Garbanzos nos poníamos una manija en la mano derecha que como por entonces no había guantes, la Manija nos protegía la mano y no nos salían borregas: la manija era una especie de guante que se hacía con un calcetín viejo, se la hacía un agujero a la altura del dedo gordo y se le ponía un dedil de pana. Tambien ibamos de niños a rebuscar los garbanzos a las hazas detrás de los barcinaores y delante de las cabras, a las soleras de los haces o gavillas, rebuscabamos tambien en los cantos de las eras los que saltaban al ser trillados a pata; los que juntabamos los cambiabamos por tostaillos a un hombre que venía de Colomera y que ahora no me acuerdo como se llamaba, tambien venía otro de Ïllora.

Puñeteros garbanzos, habia algunas matas, que para arrancarlas hacian falta las dos manos, de duras que estaban. En los árboles, que habia pegados a las vereas, cuando pasaban los mulos barcinando, se enganchaban las gavillas, y se caian un monton de garbanzos, los que lo sabiamos, alli ibamos a buscarlos. Recuerdo que el peor rastrojo, para sembrar, era el de garbanzos, dejaba la tierra seca y además el salitre que quedaba, habia quedejarlo de barbecho, para que la tierra recuperara. Pero amigo ... (ver texto completo)