Esta mirada tan tierna, tan noble, tan afable y llena de gratitud de mi perrita Zarandonga, sin duda que me alegra la vida y me hace sentirme mejor, siempre he tenido perros y puedo asegurar que no hay compañía tan silenciosa y tan grata como la de un perro, hace como dos meses que perdí dos, Camilo y Patrás, y la verdad es que lo pasé mal, me sentía sólo cuando salía al campo y hasta el mundo parece como que se me oscureció un poco.