En la primavera de 1424, Don Pedro, hijo del Alcalde de Alcalá la Real (en aquellos tiempos Alcalá de Benzayde), quizo combatir él y un grupo reducido de personas, a los Moros de Moclín. Antes de llegar, se detuvieron junto a una fuente a reposar. Los musulmanes que conocían muy bien la zona y los habían visto llegar, les prepararon una emboscada. Solo sobrevivieron dos o tres. Don Pedro pereció en la batalla (los cronistas la llamaron de Mingo Andrés) y su cuerpo fue trasladado a Moclín donde le cortaron la cabeza y la enviaron a Muhammad IX “el Zurdo” como trofeo. El vulgo le dio el nombre de Fuente de Mal Almuerzo por ello, y ha permanecido con éste a través de los siglos. Ha sido un lugar de paso importantísimo, una vía pecuaria y parada forzosa para reponer fuerzas y abrevar el ganado, también muchos caminantes y peregrinos que llegaban buscando el Cristo del Paño hacían su parada obligada buscando la sombra de los nogales y el frescor del agua.
En la colina, por encima de la fuente, está el Cortijo del mismo nombre, y próximo también, el principal yacimiento prehistórico del municipio. La cueva de Malalmuerzo es un yacimiento solutrense, que da fe del poblamiento paulatino de la zona de los Montes Orientales por cromagnones. Es esta cueva un lugar en donde los cazadores solutrenses que la ocuparon establecieron sus habitats. En ella se han encontrado las únicas pinturas rupestres paleolíticas que se conocen hasta ahora en la provincia, localizadas en un lugar oscuro de la cueva que habría de ser iluminado con la luz de lámparas, alimentadas con grasa animal o vegetal. Son pinturas de temática animalística (bóvidos, équidos) y de signos (bastones, trazos…), y de finalidad mágico- religiosa.
En la colina, por encima de la fuente, está el Cortijo del mismo nombre, y próximo también, el principal yacimiento prehistórico del municipio. La cueva de Malalmuerzo es un yacimiento solutrense, que da fe del poblamiento paulatino de la zona de los Montes Orientales por cromagnones. Es esta cueva un lugar en donde los cazadores solutrenses que la ocuparon establecieron sus habitats. En ella se han encontrado las únicas pinturas rupestres paleolíticas que se conocen hasta ahora en la provincia, localizadas en un lugar oscuro de la cueva que habría de ser iluminado con la luz de lámparas, alimentadas con grasa animal o vegetal. Son pinturas de temática animalística (bóvidos, équidos) y de signos (bastones, trazos…), y de finalidad mágico- religiosa.