La
historia de
Lobres se remonta en su inicio en el Neolítico, donde encontramos los mas antiguos indicios de vida de esta población situada en el margen derecho del
río Guadalfeo. Estos restos se encontraron como se ha citado anteriormente en la
cueva del Capitán, ahora conocida como la cueva de los
Caballos, situados en un pequeño promontorio en las cercanías del Cortijo de Moya. Entre los restos se encontraron trozos de vasijas, bisutería que utilizaba como materia prima huesos de animales, pequeños guijarros e incluso trocitos de madera, así como diversos utensilios típicos de pastoreo, lo que induce a pensar que los habitantes de la
gruta, eran pastores neolíticos, además, existen en el techo de la cueva restos de humo de las abundantes fogatas que usarían para cobijarse del frío y para cocinar. Después de esta breve introducción tan ancestral, nos podemos remontar a la época
romana, donde entre otros podemos citar el hecho de que en el norte del
pueblo, se situaba la que era la
Vía Hercúlea que se extendía a lo largo de toda la Península Ibérica desde los Pirineos hasta
Cádiz. Así mismo, se han encontrado gran cantidad de monedas de la época lo que induce a pensar que existía una buena afluencia monetaria en el momento. Siguiendo adelante, nos podemos remontar a la época del
medievo, donde Lobres era un pueblo básicamente agrícola, poseyendo además un pueblo anejo, hoy desaparecido, llamado Pataura, cuya función era la de proteger a la zona de posibles invasiones, era un pueblo guerrero.