Cuenta una antigua leyenda trasmitida por nuestros mayores al calor de la
chimenea en las frias y humedas
noches de
invierno o al fresco del tranco de la
puerta en las calidas tardes de agosto que un hombre del
pueblo cansado de tanta miseria y pobreza marcho a las americas para encontar fortuna.Fue tanta la suerte y grande la fortuna que acumulo que sintio añoranza de su pueblo y vendiendo todos sus bienes decidio volver cuanto antes su tierra con su mujer.Pero la mala suerte se cernio con la nave
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