¡Ay! Luisa, no sé quien es Ud. lo que sí sé es que es de las pocas que hemos tenido la VENTURA, de AMAR a un ser especial, y ser CORRESPONDIDA en la misma medida. Está Ud. aún viviendo lo cree una malísima pesadilla, espero que su despertar no sea cuasi letal como lo fue el mío, como lo será hasta volver a reunirse allí Arriba, fundiéndose en un abrazo que será eterno. Eso es lo que pido a él y a Jesús, segundo tras segundo, llévenme a las alturas, ya que vivir sin él no es vivir, cuando quise que viviera, no fui lo suficiente valiente, para entregar mi cuerpo, haberlo librado de sus torturadores, hoy envejeceríamos los dos juntos, de nuevo solos, ya se habrían ido los hijos. Hijos que no quería tener en los primeros años, necesitaba de mi amor en exclusiva, pero éramos muy fértiles, no quisimos hacer del sexo algo sucio, cuatro hijos tuvimos, los queríamos con locura, pero allí donde se ponía él, no hubo quien superara el gran amor que desde los 11 años yo y encima hacia diez días que los había cumplido, en el colegio fue nuestro encuentro, estábamos sin la muestra, había ido a su casa, estaba puerta con puerta. Sentí de pronto un Ave María, ¿Se puede? volví la cara, nos miramos a los ojos, y ambos quedamos presos del más hermoso de los sentimientos EL AMOR. A partir de ahí seguí entero su calvario, debería haber actuado al cumplir los catorce, nos hubiéramos marchado a casa de mis abuelos, con él abuelo hubiera tenido el mejor de los maestros, hubiera trabajado sin hacer esfuerzos, una enfermedad, producida por el excesivo trabajo (Su madre falleció con 23 años, para seis iba él) detectada la enfermedad, un día fue a verlo su abuela paterna, noto que algo le pasaba al niño, lo llevo al médico, habían llegado a tiempo... Analítica y apareció el reuma en la sangre, que con su fortaleza, diez o quince días de reposo y antibióticos y todo hubiera quedado en el susto, claro que de haberse asustado quien se tenía que asustar el padre, lejos de ello, cuando se fue la abuela y se lo comunico la nueva señora, este dijo: Yo, le daré reposo al señorito, que mañana vaya partiendo al menos tres traviesas. Era alto, fuerte, guapo, con un corazón que no le cabía en el pecho, de una sensibilidad especial, nunca debí esperar un segundo, una vez cumplidos los 14 casi para los quince, haberme quedado embarazada, cuanto trabajo, cuanto correazo con la hebilla del cinto, solo pensaba en huir, tanto que decidimos que se fuera a un colegio de los Franciscanos, al menos tendría el bachiller, quería ser ingeniero industrial, en ello estaba cuando le pillo la Parca, 37 años recién cumplidos, con él se fue la mujer, quedo la madre, había que educar, formar, dar de comer, ropa para poner, lo conseguí yo sola, los cuatro tienen su título universitario, yo quisiera tener el de DEP. Creo que no voy a tardar mucho, tuve la mala suerte de sufrir un gravísimo accidente en un Bus Municipal, invalida severa quedé. Desde que se fue, lo que más ansió, irme con él, aunque igual que Ud. nosotros hablamos, siento sus besos tras el lóbulo de mi oído, solo que yo no puedo hacer lo mismo que él. Estoy mal, ya me llega la bendita hora de estar eternamente juntos, ya que desde el mismo instante de mirarnos a los ojos, fue ese nuestro deseo, vivir y morir juntos en la eternidad. Le deseo, que no caiga en una depresión, esa visible oscuridad, recuérdelo, viva en paz, y la llegará el momento de vivir la eternidad amando y siendo amada. Reciba un cálido saludo, de Teresa
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