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LOS BALCONES: Datos de nuestra historia (CXXX):...

Datos de nuestra historia (CXXX):

EL OBISPO HERNÁNDEZ MULAS EN GOR.

La primera vez que el obispo D. Timoteo Hernández Mulas pasó por el término de Gor fue el 26 de mayo de 1908 y, según un cronista bastetano, el pueblo de Gor salió en masa a la estación y al puente (al Puente Grande, ya que todavía no se había construido el Puente Chico), aclamando con entusiasmo al nuevo obispo que hacía sólo 15 días que había llegado a Guadix e iba a Baza en visita de cortesía. Según dicho cronista, el Párroco y Autoridades de la hermosa villa no se contentaron con unir a las del pueblo sus cariñosas aclamaciones, sino que además tuvieron la delicadeza de llevarle al Prelado un agasajo, que él con su propia mano hubo de distribuir atento y bondadoso, entre los que le acompañaban y los mismos hijos que se lo ofrecían.

Dos años después D. Timoteo vendría a Gor en visita pastoral, la cual se prolongaría, al igual que la de su antecesor, durante tres días.

Según la crónica idealizada del Boletín de la Diócesis, fue recibido por una muchedumbre a las 7 de la tarde del día 10 de mayo de 1910 y escoltado por lucidas comisiones, encontrando cuatro arcos en su recorrido hasta el templo. Durante los tres días siguientes desarrolló una intensa labor, tanto de confesionario como de pláticas y sermones. Administró el Sacramento de la Confirmación a 1.400 personas y las Comuniones llegaron a mil.

A las tres de la tarde del día 13, el venerable clero, las Autoridades, las Escuelas con sus maestros, Hermandades, las asociaciones del Sagrado Corazón de Jesús y las Hijas de María, y el vecindario en masa salieron a despedir al ilustre Prelado, hasta que el carruaje de s. s. Ilustrísima se ocultó en las sinuosidades del camino.

En el libro de Autos generales de la parroquia, dejó el obispo las siguientes disposiciones:

1ª Confirmaba y ratificaba los decretos dados por sus predecesores en orden al mayor esplendor del culto, servicio a Dios y reforma de costumbres.

2ª Ordenaba que se registraran y examinaran los libros de Capellanías y fundaciones piadosas, para adoptar las medidas convenientes en cumplimiento de la voluntad de sus fundadores.

3ª Respecto a las partidas sacramentales, el cura debía atenerse a lo que disponían cada uno de los libros respectivos.

Adjunto dibujo de Fran Sevilla, que representa al párroco de Gor, revestido de capa pluvial, recibiendo al obispo en la puerta de la iglesia.