ARTA DE UN CAZADOR A SU FAMILIA
Me voy de caza nuevamente y veo en vuestros ojos el reproche callado de dejaros solos...
No me juzgueis, no es que no quiero estar con vosotros, sino que necesito estar conmigo
mismo, pero sé, que por más que insistais en tratar de comprender el afán que me
embarca al ir de caza jamás podreis comprenderlo...
Es que siento en el alma ese amor por los espacios abiertos, por el campo, la fogata y
la aventura.
Necesito un lugar alejado, con agua, viento. Quiero ensuciarme, descuidar mi aspecto,
sentir el cansancio, que queme el sol mi cara, me congelara la helada y pasar frió.
Quiero ver agua, plantas, animales salvajes, flores silvestres, nieve, hielo, barro,
piedras...
Quiero extrañaros e imaginaros esperando mi regreso.
Me miento y digo que esta será la mejor caza que vaya a realizar en mi vida... aunque
sé que en la próxima, volveré a decirme lo mismo... y ya en el campo... estoy feliz.
Garrote en mano, una paz única.
A veces siento que he nacido en épocas equivocadas, donde el triunfo del hombre se
mide en plásticos de tarjetas de crédito, donde el frío se regula con un termostato y el
calor del verano no existe al prender un aire acondicionado.
He nacido en una época de traiciones y luchas por una cuenta de bancos, donde todo
se compra y se vende.
Pero cuando cazo, me alejo de este mundo de bocinas, de escapes
venenosos, me alejo del confort, del lujo y la televisión que idiotiza.
Yo puedo aceptar las reglas del juego, soy lo suficientemente civilizado como para
convivir en este espacio de locos, pero déjarme que me escape cada tanto.
Amo a mis perros, y te pido que no veas en ellos un instrumento de muerte,
porque lo son de vida... jamás me siento mas vivo que cuando estoy con ellos de caza.
Y veras que cuando ya no pueda más hacerlo, estaré por ahí sentado al sol, donde me
pongan las cariñosas manos de nuestros hijos o las tuyas, y una sonrisa lejana se
dibujara en mis labios resecos. No penseis que es la vejez inevitable, sino que estaré
recordando alguna cacería.
Y si me vierais abatido y solo, aburrido en mi sillón, poner en mis manos una foto de mis perros que al tocarlo y contemplarlo me transportare en el tiempo... veras
entonces que mis manos apretaran al viejo compañero que mis ojos brillaran tratando de recuperar esos
momentos ya idos.
Quizás sea, mi amor, que hoy me voy de caza para poder atesorar esos momentos... y
así poder vivir feliz... en el mañana... y si llegara a pasarme algo mientras estoy en el
campo.... que nadie llore, que nadie esté triste.... pues de seguro yo.............
ESTABA SONRIENDO
Me voy de caza nuevamente y veo en vuestros ojos el reproche callado de dejaros solos...
No me juzgueis, no es que no quiero estar con vosotros, sino que necesito estar conmigo
mismo, pero sé, que por más que insistais en tratar de comprender el afán que me
embarca al ir de caza jamás podreis comprenderlo...
Es que siento en el alma ese amor por los espacios abiertos, por el campo, la fogata y
la aventura.
Necesito un lugar alejado, con agua, viento. Quiero ensuciarme, descuidar mi aspecto,
sentir el cansancio, que queme el sol mi cara, me congelara la helada y pasar frió.
Quiero ver agua, plantas, animales salvajes, flores silvestres, nieve, hielo, barro,
piedras...
Quiero extrañaros e imaginaros esperando mi regreso.
Me miento y digo que esta será la mejor caza que vaya a realizar en mi vida... aunque
sé que en la próxima, volveré a decirme lo mismo... y ya en el campo... estoy feliz.
Garrote en mano, una paz única.
A veces siento que he nacido en épocas equivocadas, donde el triunfo del hombre se
mide en plásticos de tarjetas de crédito, donde el frío se regula con un termostato y el
calor del verano no existe al prender un aire acondicionado.
He nacido en una época de traiciones y luchas por una cuenta de bancos, donde todo
se compra y se vende.
Pero cuando cazo, me alejo de este mundo de bocinas, de escapes
venenosos, me alejo del confort, del lujo y la televisión que idiotiza.
Yo puedo aceptar las reglas del juego, soy lo suficientemente civilizado como para
convivir en este espacio de locos, pero déjarme que me escape cada tanto.
Amo a mis perros, y te pido que no veas en ellos un instrumento de muerte,
porque lo son de vida... jamás me siento mas vivo que cuando estoy con ellos de caza.
Y veras que cuando ya no pueda más hacerlo, estaré por ahí sentado al sol, donde me
pongan las cariñosas manos de nuestros hijos o las tuyas, y una sonrisa lejana se
dibujara en mis labios resecos. No penseis que es la vejez inevitable, sino que estaré
recordando alguna cacería.
Y si me vierais abatido y solo, aburrido en mi sillón, poner en mis manos una foto de mis perros que al tocarlo y contemplarlo me transportare en el tiempo... veras
entonces que mis manos apretaran al viejo compañero que mis ojos brillaran tratando de recuperar esos
momentos ya idos.
Quizás sea, mi amor, que hoy me voy de caza para poder atesorar esos momentos... y
así poder vivir feliz... en el mañana... y si llegara a pasarme algo mientras estoy en el
campo.... que nadie llore, que nadie esté triste.... pues de seguro yo.............
ESTABA SONRIENDO