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Así fueron nuestros abuelos,
a los que conocímos en otro tiempo
y aquella vida tan dura
que fue la que conocieron,
nunca fueron de excursiones
siempre cuidando sus huertos,
y por la noche a la lumbre
contando historias a sus nietos.
En aquellas noches largas,
junto a las llamas del fuego,
sin mayores distracciones
que aquellos bonitos cuentos
que con toda la atención
escuchábamos los nietos,
juntos todos en la lumbre o en
la mesa camilla al brasero.
Abuelos de otra cultura,
sin viajes del inserso
ni de ninguna otra clase
apenas salían del pueblo,
con sus viejas alpargatas
su bastón y su sombrero
raído y descolorido
por la lluvia, el frío y el viento.
Con su chaqueta de pana
su faja liada al cuerpo,
con su reloj de cadena
colgado de su chaleco,
su librito y su tabaco
su petaca y su mechero
y en sus bolsillos sobados
con su pañuelo moquero.
Abuelos de aquella infancia
que conocí de pequeño,
buscando los resolanos
cuando el sol sale en invierno,
buscando sombra en verano
que antes no tuvieron tiempo,
y un descanso merecido
que ellos nunca conocieron.
Mis queridos abuelos
del tiempo del estraperlo
de aquella España en miseria
de hambre y racionamiento, tiempo de supervivencia
que poco a poco se fueron,
quitando el pan de sus bocas
para dárselo a sus nietos.
Asi fueron mis abuelos
y así vivieron.... Muy orgulloso estoy de ellos! Este escrito no es mío es de un amigo pedro González. Mendoza pero me pareció tan bonitos que lo comparto con todos ésa Hera la realidad de antaño y de nuestros abuelos un beso al cielo para todos los que ya no están aquí.
a los que conocímos en otro tiempo
y aquella vida tan dura
que fue la que conocieron,
nunca fueron de excursiones
siempre cuidando sus huertos,
y por la noche a la lumbre
contando historias a sus nietos.
En aquellas noches largas,
junto a las llamas del fuego,
sin mayores distracciones
que aquellos bonitos cuentos
que con toda la atención
escuchábamos los nietos,
juntos todos en la lumbre o en
la mesa camilla al brasero.
Abuelos de otra cultura,
sin viajes del inserso
ni de ninguna otra clase
apenas salían del pueblo,
con sus viejas alpargatas
su bastón y su sombrero
raído y descolorido
por la lluvia, el frío y el viento.
Con su chaqueta de pana
su faja liada al cuerpo,
con su reloj de cadena
colgado de su chaleco,
su librito y su tabaco
su petaca y su mechero
y en sus bolsillos sobados
con su pañuelo moquero.
Abuelos de aquella infancia
que conocí de pequeño,
buscando los resolanos
cuando el sol sale en invierno,
buscando sombra en verano
que antes no tuvieron tiempo,
y un descanso merecido
que ellos nunca conocieron.
Mis queridos abuelos
del tiempo del estraperlo
de aquella España en miseria
de hambre y racionamiento, tiempo de supervivencia
que poco a poco se fueron,
quitando el pan de sus bocas
para dárselo a sus nietos.
Asi fueron mis abuelos
y así vivieron.... Muy orgulloso estoy de ellos! Este escrito no es mío es de un amigo pedro González. Mendoza pero me pareció tan bonitos que lo comparto con todos ésa Hera la realidad de antaño y de nuestros abuelos un beso al cielo para todos los que ya no están aquí.
Gracias por dejar éstos escritos son un alivio para recuperar la memoria donde venimos