Aquí nacieron, dos seres a los que quiero, mi abuelo materno y su hermana, mi querida tía María Álvarez Alcaide, mi abuelo, era además de muy guapo todo alegría, tengo grandes deseos de poner los pies en ese pequeño y bonito
pueblo, de gentes buenas, inteligentes, alegres, así eran ellos y así les recuerdo todos los días, mi tía María, era una
santa. Nunca propicio desencuentro alguno, ni en la
familia, ni con las gentes de toda clase y condición, era el SOL, cuando ella se me fue, con ella un trozo
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