Mí abuelo Joaquín (Al que no tuve la dicha de conocer) Su hermana, María la que dejó en mí una imborrable huella, sus ojos de mirada limpia, su bondad, la paz que en todo momento de ella emanaba. Si santas hay en el Cielo, ella sin dudar está entre ellos, los ángeles mismos le tendrán un amor especial, tan solo un ser humano le ha dado a mí vida la misma o más felicidad, el ser AMADO. No hay un Ave María que iguale aquella que pronuncio él en su primer día de entrar en la que era para él en aquel pueblo su primer día. Si Lugros, da tantos Joaquines y tantas Marías como la mía, benditos seáis todos. He prometido, si puedo, ir a visitar ese hermoso pueblo, del que tanto amor recibí y me hizo a mí sentir. Recibid el cariño, de la nieta y sobrina, de Joaquín Álvarez Alcaide y María.
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