Aquí nacieron, dos seres a los que quiero, mi abuelo materno y su hermana, mi querida tía María Álvarez Alcaide, mi abuelo, era además de muy guapo todo alegría, tengo grandes deseos de poner los pies en ese pequeño y bonito pueblo, de gentes buenas, inteligentes, alegres, así eran ellos y así les recuerdo todos los días, mi tía María, era una santa. Nunca propicio desencuentro alguno, ni en la familia, ni con las gentes de toda clase y condición, era el SOL, cuando ella se me fue, con ella un trozo de mí vida se llevo, sé que estás sentada a la diestra de Jesús. La Paz iba siempre contigo, la ayuda a todos, solo buscaste la felicidad de los demás, y con eso te sentías dichosa. No me moriré sin antes haber visitado ese querido pueblo. Os Abraza. Teresa