Los aspirantes a servidores del pueblo, ósea los candidatos a gobernantes políticos democráticos, dijese los políticos de ley, no se les puede considerar que “son todos unos embusteros” en la política, como en el matrimonio, como en el fútbol, como en la empresa, como en miles de proyectos donde participan las personas físicas, la ilusión y las ganas de hacer, son reales y verdad, y hacen que se impliquen en dichas actividades en cuerpo y alma, y prometan lo razonado y lo imaginado por ganar, pero siempre con buena fe y buen sentimiento, y por supuesto un buen proyecto por hacer.
El problema esta, cuando se encuentran con los que están apoltronados en el poder, con sus cacicadas internas, aunque sea mínima su representación en el partido como en el poder, vamos un simple concejal, se le ven las maneras de actuar, de dichas personas en la intimidad de la ejecución de sus cargos, y hay si te doy la razón que la mayoría por no perder lo que “ han ganado” en elecciones libres y democráticas, resulta que no son tan libres ni tan democráticas y que hay un “pucherazo en toda regla para ganar una alcaldía o un puesto de vividor político”.
Entonces es cuando viene el envenenamiento psicológico del personal político, y su repercusión en la vida social y en el bien estar general del pueblo, y entonces es cuando, la gente se da cuenta de lo embusteros, porque ya no se trata de hacer política para el pueblo, sino es hacer política, para mi y mi partido y claro al ver estas actuaciones evidentemente el pueblo sano en política, hacen que te sientes idiota con sentido que es peor, y yo diría más, pero en fin, muchas veces el ciudadano o votante, vota y se hecha a dormir y espera que le traigan la olla política o el puchero gubernamental, a la cama o al sofá, y eso tampoco es.
El votante tendría que ir a examinar parcialmente la conducta y el hacer del político gubernamental y exigirle al político sus promesas y su programa, y como mínimo pedirle una explicación de su actuación o premiarlo si procede, pero quien le pone el cascabel al gato, los políticos nuestros de La Malahá son, creo que los más impresentables, de todo el panorama en política actual municipal, si los tratas de cerca es posible, que tengas toda la razón, están dispuestos a mentir y a traicionar a sus propios compañeros, al pueblo y a la democracia, sin el menor pudor, simplemente simples dictadores en sus actuaciones y solo luchan por su ganancia política. “caiga quien caiga”.
El problema esta, cuando se encuentran con los que están apoltronados en el poder, con sus cacicadas internas, aunque sea mínima su representación en el partido como en el poder, vamos un simple concejal, se le ven las maneras de actuar, de dichas personas en la intimidad de la ejecución de sus cargos, y hay si te doy la razón que la mayoría por no perder lo que “ han ganado” en elecciones libres y democráticas, resulta que no son tan libres ni tan democráticas y que hay un “pucherazo en toda regla para ganar una alcaldía o un puesto de vividor político”.
Entonces es cuando viene el envenenamiento psicológico del personal político, y su repercusión en la vida social y en el bien estar general del pueblo, y entonces es cuando, la gente se da cuenta de lo embusteros, porque ya no se trata de hacer política para el pueblo, sino es hacer política, para mi y mi partido y claro al ver estas actuaciones evidentemente el pueblo sano en política, hacen que te sientes idiota con sentido que es peor, y yo diría más, pero en fin, muchas veces el ciudadano o votante, vota y se hecha a dormir y espera que le traigan la olla política o el puchero gubernamental, a la cama o al sofá, y eso tampoco es.
El votante tendría que ir a examinar parcialmente la conducta y el hacer del político gubernamental y exigirle al político sus promesas y su programa, y como mínimo pedirle una explicación de su actuación o premiarlo si procede, pero quien le pone el cascabel al gato, los políticos nuestros de La Malahá son, creo que los más impresentables, de todo el panorama en política actual municipal, si los tratas de cerca es posible, que tengas toda la razón, están dispuestos a mentir y a traicionar a sus propios compañeros, al pueblo y a la democracia, sin el menor pudor, simplemente simples dictadores en sus actuaciones y solo luchan por su ganancia política. “caiga quien caiga”.