Una vez más comienzan los boletines y las inversiones precipitadas en gasto público para empezar a llamar la atención del respetable, cuando ven, con presta diligencia(como diría cervantes), que mayo está a tiro de piedra.Pero una vez más, la distancia entre los que miran el sillón y los que miran la calderilla de su bolsillo es infinita.Por eso, que no me esperen en la Casa de la Cultura.Habla un desengañado.