XXX EL CONTADOR SINIESTRO XXX
LA SEMANA SANTA: No se si sabeis, mondujeros, que antiguamente en nuestro pequeño pueblo, la semana santa era una fiesta grande. La más importante de los alrededores. Fue famosa en el valle, y a sus misas y ritos religiosos acudían gentes de todos los demás pueblos de Lecrín. La iglesia se abarrotaba de gente y se hacía una especie de representación en la que participaban unos hombres previamente seleccionados y nombrados a los que se les llamaban SANTOS VARONES. Para llamar a la procesión se utilizaba La Carraca; un instrumento de madera con caja de resonancia y en el que una rueda dentada golpeaba una lengüeta y producía un sonido de lo más característico.
Como anecdotas curiosas, cada generación tiene las suyas, pero como Mascota bien ha dicho unos párrafos atrás, a últimos de los 70 o a primeros de los 80, fue famoso el arranque de una cepa de olivo en la haza de Paquillo Cazuela para después meterle fuego en la puerta de la iglesia, los zagales se calentaron mientras comían habas y bebían aguardiente.-
PRóXIMO COMENTARIO ACERCA DE: Anecdota de la Iglesia de Mondújar, no te lo pierdas.-
XXX EL CONTADOR SINIESTRO XXX
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LA SEMANA SANTA: No se si sabeis, mondujeros, que antiguamente en nuestro pequeño pueblo, la semana santa era una fiesta grande. La más importante de los alrededores. Fue famosa en el valle, y a sus misas y ritos religiosos acudían gentes de todos los demás pueblos de Lecrín. La iglesia se abarrotaba de gente y se hacía una especie de representación en la que participaban unos hombres previamente seleccionados y nombrados a los que se les llamaban SANTOS VARONES. Para llamar a la procesión se utilizaba La Carraca; un instrumento de madera con caja de resonancia y en el que una rueda dentada golpeaba una lengüeta y producía un sonido de lo más característico.
Como anecdotas curiosas, cada generación tiene las suyas, pero como Mascota bien ha dicho unos párrafos atrás, a últimos de los 70 o a primeros de los 80, fue famoso el arranque de una cepa de olivo en la haza de Paquillo Cazuela para después meterle fuego en la puerta de la iglesia, los zagales se calentaron mientras comían habas y bebían aguardiente.-
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