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MONDUJAR: XXX EL CONTADOR SINIESTRO XXX LA ALBERCA DE PEPE...

XXX EL CONTADOR SINIESTRO XXX

LA ALBERCA DE PEPE SANCHEZ; Quizás algún viejo del pueblo pueda aún recordar, que antiguamente muchos de ellos apredieron a nadar en una alberca llamada "La Alberca del Vaso" situada en un profundo barranco del este de las montañas del entonces término municipal de Mondújar y bastante alejada del pueblo. Pero mucho después, cuando aún no existían ningún tipo de piscinas, ni municipales ni privadas, la gente de Mondújar sofocaba el calor de los largos días de verano en LA ALBERCA DE PEPE SANCHEZ, allí acudían viejos, jovenes, niños y no sólo de Mondújar, pues en los años ochenta el apogeo fue tal que acudían hasta personas de otras localidades distintas de Mondújar y Talará, llegó a ser tan famosa que alguien la bautizó con el nombre de "La pequeña playa de Lecrín." Estaba situada en territorio talareño y desde Mondújar se accedía atravesando la vega Sur-Este y dos pequeños barrancos. Imaginaos los más jovenes que entonces no había ni un miserable sitio para darse un chapuzón, por lo que esta alberca con o sin el consentimiento de su dueño se llegó a hacer casi pública. Muchas generaciones aprendieron allí a nadar y aunque la alberca tenía cierta fauna (gusarapos, renacuajos y a veces hasta ranas), nadie jamás cogió ninguna enfermedad ni nada parecido, y es que entonces la vida era más salvaje pero más natural y sana. Las anecdotas fueron multiples; hubo alguien que se tiró a la alberca desde lo alto de un almendro que había en una esquina, con tan mala puntería que cayó parcialmente en el filo y se rompió un brazo. Otro, llegó un día con tantas ganas de refrescarse que rápidamente se desnudó desesperado y sin tan siquiera mirar, se tiró a la alberca; sólo cuando se quedó depié temblando en el suelo, se dio cuenta de que estaba vacía, ese día no tenía agua, yo aún me pregunto qué hubiera pasado si ese chico se hubiera tirado de cabeza y no de piés. Los pequeños temían las ahogadillas y fechorias de los grandes, los grandes esperaban la llegada de alguna moza que exhibiera sus encantos en la alberca y en definitiva, todos disfrutaron de lo lindo allí.
Nunca supe quien fue PEPE SANCHEZ, ni lo conocí, pero si ahora tuviera a algún familiar delante, sólo le diría GRACIAS, gracias por hacernos a todos los mondújeros y gentes de otros pueblos más llevaderos aquellos largos y calurosos día de verano.-

XXX EL CONTADOR SINIESTRO XXX.