HISTORIA. Sin razón geográfica alguna, han pretendido varios establecer la identidad de la actual c. de Motril con la ant. Sexi, cuyo nombre con tanta variedad aparece escrito: en Mela, Ex; en Tolomeo, Sex; en Plinio y Estrabon, Exi y Sexi, en Marcial, Saxe; pero ya el maestro Florez determinó la posición de la c. Exitana en Almuñécar. Más probable parece que se llamase en lo ant. Múrgis, supuesto que hayan existido con este nombre dos c. en la Bética, la que nombra Plinio al fin de esta prov. bien reducida á Musacra, y otra en la región de los Túrdulos, nombrada por Tolomeo y por el itinerario romano, a pesar de que también se puede reducir esta á Murga, como lo hace Weseling con Ocampo, y es la que en todo caso podría convenir a Motril: más dudosa es esta correspondencia, sin embargo, que la existencia de las dos Murgis, cuyo reconocimiento escusa el grave error de suponer una c. llamada Saxetánum y otra Sexitánia, en el que incurrieron los autores de la historia de España. Lo que no puede dudarse es, la mucha antigüedad de Motril, manifestada por los vestigios que conserva, y de que hacen mención varios escritores, aunque fundando en ellas demasiados caprichos que debe orillar la crítica.
Puede conjeturarse la anterior importancia de Motril, solamente porta que tenía en 1492 al entregarse a los reyes Católicos, como uno de los pueblos comprendidos en la capitulación de Granada: difícilmente se puntualizará otro hecho relativo a Motril anterior a este, mientras no aparezcan documentos, de que hoy carecemos. Dichos reyes la colmaron de singulares mercedes. En 3 de diciembre de 1507, la mayor parte de los moradores de Motril se pasaron a Berberia, siendo no obstante, en 1516, los dos tercios de su pobl. moriscos; en 1547 aun poseían tres cuartas partes de la propiedad. Su posición a orillas del mar, y rodeada de pueblos inquietos, la tuvo siempre expuesta á rebatos y alarmas continuas, particularmente durante la rebelión de 1569: por haberse mantenido pacifica, la acometieron los sublevados en la noche del 8 de noviembre, y la salvaron su guarnición y vecindario, que se defendieron con obstinado valor dentro de la parroquia. Esta inseguridad y los desembarcos y sorpresas continuas de los piratas turcos y berberiscos, tenían inculta la parte más distante de su vega, y obligó a los vecinos a organizarse militarmente, manteniendo guardias nocturnas, que duraron hasta 1804, y un depósito de armas y municiones en la casa municipal, que se voló en 1621 con motivo de un rebato de corsarios; se destruyó la cárcel y perecieron varias personas. Se padecieron muchas epidemias bubónicas, y afligieron particularmente a Motril las ocurridas en 1523,1583 y 1600, y sobre todo en 1679, que duró desde abril a agosto y arrebató cerca de 7,000 hab., dejando aniquilada la población; desgracia que movió la piedad del rey D. Carlos II, quien cedió 10,000 ducados para alivio de las familias indigentes. Los campos de arroz en 1751, 1763, 1793 y 1843 causaron también epidemias, de que fallecieron gran número de personas. El cólera se dejó sentir con gravedad durante los meses de abril y mayo de 1834.
Desde 1513 está pobl. estuvo sometida a la jurisd. civil y municipal de Granada, que mantenía en ella un teniente corregidor y tenía ayunt. real perpetuo con 36 regidores, 4 jurados y 2 escribanos secretarios: en 1585 pagaba a la corona 198,235 rs. 10 mrs. vn. de contr. y 173,000 ducados en 1642. En el año 1643 el rey D. Felipe IV la honró con el título de c. y el uso de dosel en su ayunt., separando su jurisd. de la de Granada, y creando corregidor de capa y espada y un teniente alcalde mayor; en 1757 D. Fernando el VI la dio el título de muy N. y muy L. que conserva. Tiene el privilegio de libertad de alcabala en los mantenimientos y venta de los productos de su labor y cria, del almojarifazgo, cargo y descargo por mar y tierra, diezmo y medio diezmo de lo morisco de su labor, cria y pesca, confirmado por Doña Juana en 1510, y por los reyes D. Felipe II, III y IV en 1562, 1599 y 1627. En 1786 la concedió D. Carlos III la gracia de tener sociedad económica, pero solo ha existido en 1806, en 1820 y 1835. Es patria del célebre economista Francisco Martínez de la Mota, del licenciado Tomás Aquino y Mercado, historiador de esta c., del ilustrado y benéfico cardenal D. Luis Belluga v Moneada, de D. José Garcia de León y Pizarro capitán general del Perú y de D. Francisco Javier de Burgos.
* Diccionario Geográfico - Estadístico - Histórico de España y sus posesiones de Ultramar, Pascual Madoz. Madrid, 1848.
Puede conjeturarse la anterior importancia de Motril, solamente porta que tenía en 1492 al entregarse a los reyes Católicos, como uno de los pueblos comprendidos en la capitulación de Granada: difícilmente se puntualizará otro hecho relativo a Motril anterior a este, mientras no aparezcan documentos, de que hoy carecemos. Dichos reyes la colmaron de singulares mercedes. En 3 de diciembre de 1507, la mayor parte de los moradores de Motril se pasaron a Berberia, siendo no obstante, en 1516, los dos tercios de su pobl. moriscos; en 1547 aun poseían tres cuartas partes de la propiedad. Su posición a orillas del mar, y rodeada de pueblos inquietos, la tuvo siempre expuesta á rebatos y alarmas continuas, particularmente durante la rebelión de 1569: por haberse mantenido pacifica, la acometieron los sublevados en la noche del 8 de noviembre, y la salvaron su guarnición y vecindario, que se defendieron con obstinado valor dentro de la parroquia. Esta inseguridad y los desembarcos y sorpresas continuas de los piratas turcos y berberiscos, tenían inculta la parte más distante de su vega, y obligó a los vecinos a organizarse militarmente, manteniendo guardias nocturnas, que duraron hasta 1804, y un depósito de armas y municiones en la casa municipal, que se voló en 1621 con motivo de un rebato de corsarios; se destruyó la cárcel y perecieron varias personas. Se padecieron muchas epidemias bubónicas, y afligieron particularmente a Motril las ocurridas en 1523,1583 y 1600, y sobre todo en 1679, que duró desde abril a agosto y arrebató cerca de 7,000 hab., dejando aniquilada la población; desgracia que movió la piedad del rey D. Carlos II, quien cedió 10,000 ducados para alivio de las familias indigentes. Los campos de arroz en 1751, 1763, 1793 y 1843 causaron también epidemias, de que fallecieron gran número de personas. El cólera se dejó sentir con gravedad durante los meses de abril y mayo de 1834.
Desde 1513 está pobl. estuvo sometida a la jurisd. civil y municipal de Granada, que mantenía en ella un teniente corregidor y tenía ayunt. real perpetuo con 36 regidores, 4 jurados y 2 escribanos secretarios: en 1585 pagaba a la corona 198,235 rs. 10 mrs. vn. de contr. y 173,000 ducados en 1642. En el año 1643 el rey D. Felipe IV la honró con el título de c. y el uso de dosel en su ayunt., separando su jurisd. de la de Granada, y creando corregidor de capa y espada y un teniente alcalde mayor; en 1757 D. Fernando el VI la dio el título de muy N. y muy L. que conserva. Tiene el privilegio de libertad de alcabala en los mantenimientos y venta de los productos de su labor y cria, del almojarifazgo, cargo y descargo por mar y tierra, diezmo y medio diezmo de lo morisco de su labor, cria y pesca, confirmado por Doña Juana en 1510, y por los reyes D. Felipe II, III y IV en 1562, 1599 y 1627. En 1786 la concedió D. Carlos III la gracia de tener sociedad económica, pero solo ha existido en 1806, en 1820 y 1835. Es patria del célebre economista Francisco Martínez de la Mota, del licenciado Tomás Aquino y Mercado, historiador de esta c., del ilustrado y benéfico cardenal D. Luis Belluga v Moneada, de D. José Garcia de León y Pizarro capitán general del Perú y de D. Francisco Javier de Burgos.
* Diccionario Geográfico - Estadístico - Histórico de España y sus posesiones de Ultramar, Pascual Madoz. Madrid, 1848.