Como
monumento, propiamente dicho, destaca la
iglesia parroquial de
San Bartolomé apóstol.
Ésta, tiene una nave rectangular y
capilla mayor diferenciada. Su interior presenta soluciones abovedadas. Arrimada a la cabecera está la
casa del cura y la
torre, que aparece dividida en tres cuerpos por molduras y tiene un vano de medio punto inscrito en un rectángulo rehundido en cada lateral del
campanario. La torre se remata con un
tejado a cuatro
aguas y una
veleta con
cruz de hierro.
En el lateral de la epístola se abre una
puerta con
arco de medio punto, y, a los pies presenta una
portada latericia toscana, sobre la que se abre un óculo que da luz al templo. Los muros son de ladrillo y cajones de mampostería y se rematan con una cornisa de ladrillo saledizo.
El calero Luis de Espinosa y el cantero Juan de Cuaterillo trabajaban en 1.558 en la obra de la primitiva iglesia que fue quemada en la rebelión de los moriscos. A finales del XVII era preciso hacer unos reparos sobre la puerta, y a mediados del XVIII se alargó la nave siete varas, se hizo una sacristía, se enlució el interior y se puso una solería. La actual capilla mayor debió construirse en la 2ª mitad del S. XVIII ya que la torre que está adosada en el lateral de la epístola fue levantada a finales de esa centuria por el alarife Nicolás de Funes. Su imaginería consta de:
Cristo crucificado, la Dolorosa, San Juan apóstol, Sagrado Corazón de Jesús, San Blas, San José y San Bartolomé Apóstol. Hace tiempo desaparecieron N. P. Jesús Nazareno, San Antón y
Santo Toribio.