Aún se continúa haciendo la
matanza del
cerdo en
Nívar, se celebra en
invierno por diversas razones como el frío, necesario para la conservación de los productos y la cura del jamón.
La matanza del cerdo cuenta con un proceso que requiere trabajo y dedicación pero se ve compensado por los beneficios y ambiente festivo con el que se vive la experiencia.
Es
costumbre, invitar a familiares y
amigos y
comer juntos, el primer día se degusta la asadura, hígado y pulmón guisados en la lumbre con cebolla y patatas, por la
noche se toma la morcilla recién salida de la caldera y el segundo día se elabora un guiso de arroz. Estos sabrosos platos van acompañados con el vino mosto del lugar, procedente normalmente de las viñas de la propia
familia.
Es costumbre en el día de
San Antón, elaborar un plato típico con nombre alusivo a la fecha en que se cocina, "la olla de San Antón". Se trata de un guiso preparado con: habas, habichuelas blancas, rabo de cerdo, oreja, tocino, espinazo, etc. suele reunirse la familia o grupos de amigos para degustar el guiso.
El mosto, es la bebida mas elaborada por los habitantes del
pueblo. Es costumbre entre las
familias, tras la recogida de la uva, pisarla y hacer vino de carácter artesanal en los lagares de las distintas
casas, se trata de pequeñas cantidades que no llegan a comercializarse.
HISTORIAS DEL
SANTO CRISTO DE LA SALUD
-Dicen que una mañana, cuando se levantó el cura en lugar de maitines tocó a rebato, porque asombrado observó, que en el
altar mayor no estaba el Cristo. Pero he aquí que cuando abrió las
puertas y entraron los lugareños alarmados, el Cristo estaba en su lugar, aunque tenía las faldas húmedas sobre el altar, y sobre éste había restos de arena.
Se celebraron misas y rogativas, pero nadie se explicaba lo sucedido. Nadie. Hasta que pasado un tiempo vinieron unos niveros a cumplir promesa. A falta de trabajo embarcaron como marineros en Motril, y cuando una
tormenta daba por perdidas las esperanzas de salvación, invocaron al Cristo; los mares se calmaron y la nave, aunque maltrecha, pudo llegar a
puerto.
Y comprobando fechas y momentos, pudo averiguarse que esto ocurría mientras el Cristo se ausentó de la
parroquia.
-He aquí que en el siglo XIX, hubo una plaga de langosta que afectó a la zona, sobre todo al municipio de
Cogollos Vega, no siendo así en Nívar, que se vio libre de esta plaga. Los cogolleros (gentilicio de los habitantes de Cogollos Vega) atribuyeron el hecho a un milagro del Santo Cristo de la Salud.
Con el fin de alcanzar la protección del Santo Cristo, se trasladó a Nívar un grupo de personas, dispuestas a llevarse la imagen a su pueblo; y se presentaron en Nívar, tomando la imagen de la parroquia.
Este grupo de hombres fuertes y acostumbrados a las duras tareas agrícolas, con la imagen a hombros emprendieron
camino de regreso a Cogollos, pero cual fue su sorpresa, cuando empezaron a comprobar que según la imagen se alejaba de Nívar, ésta pesaba cada vez más. De tal modo que al llegar al paraje denominado Cerro de Tío Frasco (aquí es donde el camino se desvía un poco y ya no se vislumbra Nívar) fue imposible continuar.
Tras un rato de discusiones y ante la imposibilidad de continuar hacia delante, decidieron dar media vuelta y devolver la imagen a su templo.
Pero como buenos vecinos se llegó a este acuerdo: de que siempre que la imagen del Santo Cristo procesione por las
calles del pueblo, para así proteger y bendecir a sus habitantes con el don de su advocación (“de la Salud”) ésta sea puesta unos minutos mirando a Cogollos Vega para compartir y recibir la protección del Cristo de la Salud.
Esta
tradición se ha mantenido desde entonces, y el segundo domingo del mes de septiembre, estos dos
pueblos en
señal de buena vecindad y más hermandad que el resto del año, comparten la protección y la bendición del Cristo de la Salud.