Nací en
Olivares y recuerdo mi
pueblo como un lugar precioso y muy frío.Sus gentes tenían un gran corazón en algunas ocasiones y una gran crueldad en otras. Siempre tenían la mano, la zapatilla y el cinturón dispuestos para pegar a los niños.Los adultos también vivían enemistados unos con otros:vecinos y
familias que no se hablaban durante años.Los motes y las críticas eran muy crueles.
Sueño con aquel lugar tan hermoso pero, me lo pensaría muy mucho el volver a vivir allí.
Saludos a todo el mundo
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