En el borde de una era para guardar las mieses antaño, fueron habilitándose como viviendas y adaptándose con el tiempo a las nuevas necesidades domésticas. Una reliquia etnológica. La construcción de la
carretera en la parte alta de El
Padul en los años 70 destruyó muchísimas
cuevas; el presupuesto de la construcción de este tramo de la N-323 fue elevado, llegando incluso a cuestionarse por la dureza de la
roca en que tuvo que abrirse.