LA BALANZA
Una mujer pobremente vestida, con un rostro que reflejaba tristeza, entró a una
tienda, se acercó al dueño y de manera humilde preguntó si podía llevarse algunas cosas a crédito; con voz suave explicó que su esposo estaba muy enfermo y que no podía trabajar, tenían siete niños y necesitaban
comida.
El dueño no aceptó y le solicitó que abandonar a la tienda.
Sabiendo la necesidad que estaba pasando su
familia la mujer rogó:
<“Por favor señor, se lo pagaré tan pronto como pueda">
El
... (ver texto completo)