EL PESO DEL RENCOR
Érase una vez una hormiga que iba canturreando cargada con un enorme
fruto silvestre cuando un escarabajo le cerró el paso riéndose de su carga y de su trabajo.
No era la primera vez que lo hacía.
La hormiga no le hizo caso, bordeó al escarabajo y siguió andando.
Días después, el escarabajo quedó atrapado en la resina pegajosa de un
árbol y pidió ayuda.
Algunos animales, que habían sido víctimas de sus burlas y sus malos modales, no se acercaron.
La hormiga, sin embargo,
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