Cuando era niña, el calendario era algo totalmente superfluo, poco importaba que día era, vivía cada jornada intensamente, sumergida en mi mundo. Ya se encargaban los mayores que si era hora de
comer, de dormir o de ir al
colegio... que si
invierno.... que si
verano... lo mismo daba...
A mis "edades" solo les importaba.... vivir!
Y cada día, era una experiencia maravillosa, interminable, libre...
Que yo sepa, ¡tenía 24 horas, al igual que hoy!
¿Será que he permitido que algunos días se acortaran?
Apurando
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