NOCHE EN LA SERRANÍA
Enciende la candela chiquilla, que ya la noche refresca y el
cielo se vuelve a encender con su hermoso techo de estrellas.
Con la luz de los candiles escribo cosas que me pasan, pero la que más me gusta es sentir como clavas en mí tu dulce mirada.
Estrellas, miradas, candiles de hojalata, yo eso no lo cambio ni por cien monedas de plata, que caminando de tu mano, ya no me hace falta nada.
Dormidos en la vieja
carreta, nos sorprende pronto el alba, arrímate a la candela
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