EL LABRADOR Y LA PROVIDENCIA
Un labrador que estaba trabajando en sus campos, obligado por el calor y la fatiga, se paró a descansar y se sentó debajo de una encina. Allí, recostado en el tronco del árbol, contemplaba agradecido sus campos y los frutos y verduras que éstos le daban: melones, calabazas, pepinos, tomates, naranjas... Sin embargo, para sus adentros reflexionaba y se preguntaba por qué la providencia había puesto la bellota, que es el fruto de la encina, en un sitio tan alto, inalcanzable ... (ver texto completo)
Un labrador que estaba trabajando en sus campos, obligado por el calor y la fatiga, se paró a descansar y se sentó debajo de una encina. Allí, recostado en el tronco del árbol, contemplaba agradecido sus campos y los frutos y verduras que éstos le daban: melones, calabazas, pepinos, tomates, naranjas... Sin embargo, para sus adentros reflexionaba y se preguntaba por qué la providencia había puesto la bellota, que es el fruto de la encina, en un sitio tan alto, inalcanzable ... (ver texto completo)