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PEDRO MARTINEZ (Granada)

Nubes sobre el Mencal
Foto enviada por sensi

Miro el mundo con mis propios ojos y no como me lo quieren hacer creer.
Gran Lección

"Si recoges 100 hormigas negras y 100 hormigas rojas y las pones en un jarro de vidrio, nada pasará, pero si tomas el jarro, lo sacudes violentamente y lo dejas en la mesa, las hormigas comenzarán a matarse entre sí. Las rojas creen que las negras son las enemigas, mientras que las negras creen que las rojas son las enemigas cuando el verdadero enemigo es la persona que sacudió el jarro. Lo mismo ocurre en la sociedad.

Antes de ponernos a pelear entre nosotros debemos preguntarnos ¿Quién sacudió el jarro? ... (ver texto completo)
No es la edad que te hace comprender mejor los eventos de la vida, es lo que has añadido en el equipaje de tu edad.
Jamás conocerás el amor, la paz, la salud ni la tranquilidad si no rompes con las cadenas del odio, el resentimiento y la crítica.
DEL REINO DE GRANADA Y DEL TRIBUTO QUE PAGABA A LA CORONA DE CASTILLA

LA historia de estas sangrientas y desastrosas guerras que causaron la caída de poderosos imperios (observa Fray Antonio Agápida) ha sido considerada siempre como un estudio extremadamente delicioso y lleno de preciosas enseñanzas.
Entonces ¿cuál deberá ser la historia de una piadosa cruzada emprendida por el más católico de los Soberanos para rescatar del poder de los Infieles una de las más bellas, aunque también más rodeada ... (ver texto completo)
El agua del desierto

En un lugar muy próximo al desierto vivía un joven pastor de nombre Fadel. Era un chico trabajador y muy listo. Como en la aldea donde vivía, apenas llovía, el agua era un bien muy preciado, ya que escaseaba. Tampoco había ríos ni lagos cerca, así que Fadel aprovechaba el agua de la lluvia, y aunque fuera poca, la filtraba y guardaba. El sabor del agua fresca de la lluvia era delicioso.

– ¡Que buena está este agua!- se enorgullecía Fadel-. Es tan buena, que debería probarla ... (ver texto completo)
Leyendas argentinas Las azucenas del bosque.

Tupa, el dios del sol, creo a los animales y a las plantas, después de un tiempo al ver que algo faltaba en la tierra, decidió crear a los hombres, estos serían más inteligentes que todos los animales creados anteriormente, su inteligencia sería capaz de domar a todos aquellos animales, aun a los más feroces. Tupa llamo a Lyara, y con su ayuda creo a dos hombres hechos de arcilla, luego les dio vida.
A los dos hombres creados les dio un nombre, primero Pita, quien tenía una piel color roja, y a Moroti con una piel blanca, a ambos hermanos también se les dio una compañera, con la cual tuvieron hijos y comenzaron a poblar la selva.
Ambos hermanos vivieron en la selva por muchos años, comiendo los frutos que en ella encontraban, sin embargo, un día Pita froto dos piedras, de la cual salió el fuego, el cual utilizo para defenderse de un pecari al cual mato con el fuego, al hacer esto, la carne del animal comenzó a quemarse, de ella emanaba un rico olor, entonces los hombre decidieron comerla, al hacerlo quedaron sorprendidos de aquel rico sabor, desde entonces comenzaron a cazar.
Los animales cada vez se volvieron mas difíciles de cazar, entonces las dos familias de hermanos comenzaron a luchar entre sí por aquellos animales que lograban cazar, al ver la lucha entre hermanos, Tupa decidió castigarlos con una lluvia que duro tres días, al terminar bajo Lyara e hizo entrar en razón a los dos hermanos, quien al darse un abrazo se convirtieron en un tronco del cual brotaron hojas y flores, estas flores al principio eran rojos, como la piel de Pita, luego se tornaban blancas como la piel de Moroti, de hay nació la azucena del bosque. ... (ver texto completo)
La libertad es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos.
Había una vez un lobo que pensaba que comiendo muchas aves podía obtener sus alas, tenía la ambición de volar tan alto para ver todo el bosque en el que habitaba; así que pensó que esta estrategia funcionaría, por lo tanto tragaba diferentes especies para que las alas simplemente aparecieran; trepaba muy alto en los árboles para cazar estas hermosas criaturas, cada vez más y más alto. Al pasar el tiempo se dio cuenta que su idea era muy tonta y que nunca iba a funcionar, entonces se entristeció bastante, ... (ver texto completo)
Aracne y la diosa Atenea, una leyenda de la mitología griega sobre la soberbia

Cuentan que hace mucho tiempo, en la Antigua Grecia, existió una joven muy habilidosa con el telar. Tanto, que era admirada por todo el mundo. La fama y los comentarios positivos hicieron que la joven, llamada Aracne, se creyera la mejor en su oficio, más aún que Atenea, diosa de la sabiduría y la protectora de hilanderas y bordadoras.

Aracne sintió que su orgullo crecía más y más hasta tal punto, que decidió desafiar ... (ver texto completo)
El silencio no siempre es cobardia a veces es prudencia y otras veces inteligencia...
La leyenda de "La Campana Susana"

En el año 1810, Gerona, a pesar de su heroica resistencia, había caído en manos de los franceses. La mayor parte de la guarnición que quedó vigilando a la población civil, se sentía muy insegura. Los gerundenses no permitían que les fuera fácil la vida y hacían todo lo posible por zafarse del invasor, acosándoles de mil maneras.

Una noche, los ánimos estaban particularmente encendidos en el cuartel de los franceses, a causa de una escaramuza de los catalanes ... (ver texto completo)
En una carrera se quería averiguar si los galgos eran más rápidos que el cheetah, pero una vez largada la carrera el cheetah no se movió y se quedó en el mismo sitio.
Las personas le preguntaron al organizador de la carrera que sucedía y él solo los miró y respondió:
" A veces tratar de probar que eres el mejor es un insulto
La mejor manera de ser feliz con alguien es aprender a ser feliz solo. Así la compañía es cuestión de elección y no de necesidad.
He vuelto para recordar. Poesia de nuestro paisano..

Es muy largo el camino
que tengo que recorrer
para llegar a mi destino,
al que yo quiero volver.
Hace tanto tiempo
que era tan solo un chiquillo
cuando yo salí de allí,
apenas me acuerdo de nadie ... (ver texto completo)