Fábula La Serpiente y la Lima
Esopo
Una serpiente, introduciéndose cierto día en el taller de un herrero, se puso a morder una lima de templado acero, con una insistencia digna de mejor suerte.
Después de un rato, su lengua, despedazada por tan loco intento, sangraba que daba compasión. Mas la serpiente, creyendo que conseguía pulverizar al metal, seguía destrozándose la lengua.
Compadecida la lima, dijo a la serpiente:
— ¿Insensata, el mal te lo haces a ti misma! ¿Cómo pretendes hacer daño a quien reduce a polvo el metal? ¡Hinca tus dientes en las presas blandas que sueles cazar y no en mi que desmenuzo el metal!
Moraleja
A quien es cerrado de intelecto, de poco le sirve libro abierto.
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